martes, 2 de abril de 2013

Sobre la verdad y el poder de la comunicación


Cuanto más leo, mas aprendo y más me informo, mas me doy cuenta de que solo somos marionetas que bailan en este mundo de mierda al son que quieren unos pocos, desde medios de comunicación pasando por políticos, empresas o cualquiera que nos provoque una profunda admiración o un profundo rechazo, somos susceptibles de todo y de todos, somos hojas que se lleva la corriente de un lado a otro.

Pocos periódicos hay hoy en día que no tengan afán de lucro, los que menos informan de lo que quieren que veamos y el resto de lo que quieren hacernos ver. Abanderados políticamente por un partido u por otro o simplemente más partidarios de una forma de pensar que cualquier otra ejercen poder sobre aquellos que lo leen (más afines a ese medio en primer lugar, reforzando sus propias creencias sobre los temas expuestos en la publicación) y reforzando también las tendencias de aquellos contrarios a esa manera de ver la realidad que acudirán a su diario o noticiario de confianza buscando justificación a sus pensamientos.

Todo esto me lleva a pensar si la palabra verdad está sobrevalorada, si realmente existe o si es simplemente el cristal del escaparate de unos y otros para escudar su propaganda y sus acusaciones a los detractores de la misma creando un fuego cruzado entre ‘’verdades’’.
Todos sabéis como está el patio últimamente, sobres por un lado, duques por otro ( y todo lo que no sabremos de CADA UNO DE LOS BANDOS) pues bien, ¿no es curioso que en estos tiempos que corren en el que la mentira es una constante del panorama nacional una de las palabras más utilizadas sea VERDAD? ¿Esto solo pasa aquí?

En respuesta a lo anterior mi punto de vista es el siguiente (espero no fastidiar a nadie la película asi que quienes no hayan visto Matrix recomiendo que la vean antes de seguir leyendo)

Partamos de que nuestra realidad depende de unos pocos, todos esos que tienen las llaves del bendito papel verde, del oro negro y de las planchas de impresión. Ellos construyen esta realidad para que nosotros la vivamos, construida sobre unos valores universales que quien mas quien menos (temas culturales y educativos) trata de moldear y adaptar a cada uno de ellos. ¿Qué pasa? Que cada uno de aquellos que manejan este mundo no son independientes del pensamiento colectivo y de la manera de actuar (entran otra vez temas como la educación y las diferencias culturales) por eso cada uno defiende su modelo de realidad como el mejor.

Y todo va bien hasta que la fina línea que separa el mundo de los que mandan con el mundo de los subordinados se rompe y deja escapar cualquier tipo de acto inadmisible y que choca con la manera de percibir ese mundo que se nos ha dado.

Porque quien más o quien menos en España ha robado (con robar me refiero a cualquier tipo de conducta tipificada en el código penal como delito mayor o menor) y mientras suene la canción y todo el mundo baile aquí no pasa nada.

¿Pero cuando aquellos que disponen esta realidad lo hacen (en su escala de poder, que es grande) y hacen temblar los cimientos de nuestra realidad que pasa?

Entonces que es mejor ¿Ignorar y vivir tu propia realidad? O ¿Conocer y hacer mala sangre?

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